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Esta mañana estaba sacando cuenta y llevo 56 días seguidos en hoteles. Aún me faltan 12 noches más, he pernoctado en 11 hoteles, 6 ciudades y 3 países. Pero este escrito no se trata de mis viajes sino de Ramón, Noemí, Antonio y Francisco.

En este momento te quiero comentar como he vivido en estos días el Poder de Influencia en Acción. He sentido en la práctica mi discurso de Liderazgo al Servicio. Pude apreciar que quienes tenemos responsabilidad de dirigir a otros tenemos mucho que aprender de seres que aparecen en nuestra vida para enseñarnos.

Esta mañana saqué la cuenta de todos los hoteles en los que he estado últimamente porque Antonio me puso a pensar, resulta que él es el parquero de los carros en el hotel donde me estoy alojando, te cuento que aunque éste no es el hotel de mi preferencia, Antonio ha hecho que mi estadía sea cómoda, él me saluda cada vez que le entrego el vehículo y lo hace de tal forma que me sorprende. Esta mañana me deseó que pasara un buen día, que estaría pendiente de mi regreso., anoche me deseó felices sueños… en fin, este señor estaba siendo “cariñoso” y «atento». Para estar fuera de mi casa, Antonio me estaba “queriendo”… y me sentí rico.

Lo mismo me sucede en el Hotel Meliá de Santo Domingo cuando llego. Ramón y Noemí me atienden de tal manera que me hacen sentir sumamente confortable… hasta querido. Ramón es un mesonero que me atiende en los desayunos y cuando me ve llegar sale rápido a poner la fruta, el jugo y el café. Noemí es la anfitriona del piso ejecutivo que me llama por mi nombre y al llegar al final del día, me recibe con un trago. Gente que se dedica a vivir su vocación de servicio y desde allí tocan el “alma” de las personas con quienes interactúan.

El impacto que causó Antonio esta mañana me hizo recordar también a Francisco. Él trabajaba en el autolavado que estaba al lado de la oficina. Junto con Omar y Freddy, lavaban muy bien los vehículos, usaban los mismos productos, la misma agua, cobraban igual por el servicio… todo es idéntico, pero siempre que mandaba a lavar el carro se lo daba a Francisco.

¿Y por qué tenía la preferencia por Francisco? Cada vez que llegaba, él me recibía con cariño. Me preguntaba por mis hijos, por el trabajo, etc.

Antonio, Ramón, Noemí y Francisco tienen algo en común en este escrito. Ellos me hacen sentir querido, importante, valioso y cuando reflexiono en este momento, me confirmo que ese es uno de los anhelos más grandes del Ser Humano.

A partir de estas letras los dejo a ellos tranquilos. Ahora voy a hablar de mi y de ti. Me pregunto y te pregunto: ¿Qué es lo que con insistencia clamas todo el tiempo? ¿Qué es lo que te la pasas buscando en la interacción con otros? ¿Qué es lo que más deseas en la vida?.

Cada vez que te arreglas para salir ¿Que estás buscando? cuando te miras en el espejo…, cuando quieres tal o cual ropa, tal o cual carro… ¿Qué es lo que estás buscando?. Cuando te involucras en una discusión, ¿Qué es lo que quieres?

Creo que con todas éstas preguntas puedes estar llegando a las respuestas que imagino. Si bien hay cualquier cantidad de autores afamados con postulados psicológicos y filosóficos sobre la vida y la persona, no da mucho trabajo saber que lo que perseguimos constantemente es llamar la atención, tener la razón, ser queridos, ser reconocido, que sepan que existo y soy aceptado.

La cosa es tan sencilla: la gente quiere que la quieran. Eso es lo que me recordaron Ramón, Noemí, Antonio y Francisco. Ellos, como muchos, me hacen sentir querido.

Y de eso se trata el Liderazgo al Servicio y el Poder de la Influencia. Estás frente a un Líder cuando te hace sentir que eres capaz, talentoso, poderoso, valioso, importante, respetado, querido.

Claro, puedes estarte preguntando ahora si ellos cuatro, por haberme tratado así, ya son mis líderes. Y mi respuesta sería que ciertamente no, pero que si su acción fuese continuada conmigo, si pudieran llegar a serlo.

La persona que incrementa su poder de influencia es porque consigue que el otro haga lo que tienen que hacer y lo haga con ganas. Desde el Liderazgo al Servicio digo que el Líder está al servicio de su gente para que saquen lo mejor de sí mismos. Él es una posibilidad para que quienes entran en contacto con él, puedan ser lo mejor que puedan ser.

Y de eso se trata. Empoderar y engrandecer a la gente haciéndola sentir querida y atendida, así estarán cerca de ti dando lo mejor de sí.

Para cerrar el escrito te comento lo que me dice una gran amiga, llamada Elizabeth cuando le comento mi reflexión del día: ella me escucha y comenta sobre algo que viene pensando desde hace tiempo, me hace referencia a ese popular mensaje que dice “Trata a la gente como quieres que te traten a ti”. Ella se atreve a confrontar esa idea y la desecha. Ella me dice: “Trata a la gente como quiere ser tratada”…. Quiere a la gente como quiere ser querida… Elizabeth me dejó en silencio. Es cierto lo que me está diciendo.

Ahora toca hacerme preguntas. Ahora te toca, amigo lector, hacerte preguntas.

¿Qué tanto haces para llamar la atención? ¿Qué tan dependiente estás de la aprobación de otros?… pero es muy importante también preguntarte ¿Qué estás haciendo para hacer sentir a quienes te rodean queridos y valorados?

Eso es Liderazgo al Servicio. No puedes ser “Grande” si diriges a personas “pequeñas”.

¿Qué te impide ser atento? ¿Estás orientado a resaltar las cualidades de los demás? ¿O sólo les haces criticas?.

Siguiendo el aporte de Elizabeth, yo me pregunto y te pregunto: ¿Estoy dedicando tiempo a explorar como quiere el otro ser querido? ¿Es así que lo estoy haciendo?.

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Hay muchas preguntas servidas en la mesa, te toca a ti ahora escribir tus ideas y posibles respuestas. Recuerda que tus comentarios me interesan y animan. Además, al escribir tu opinión, organizas tus ideas y sacas mas provecho de la reflexión que este escrito pueda dejarte.